De todo
Hablar o escribir es comunicación y aunque pocos me lean, de catarsis me sirve.
jueves, 12 de agosto de 2010
La escuela y la chatarra
A las escuelas se nos echa todo... Es una pena... sobre todo cuando se hace un análisis simplista y superficial del por qué de los resultados académicos; y ahora en el candelero: la obesidad es culpa de la escuela. Pues no tiene la escuela la culpa de ello, no.
Pero como no puedo generalizar hablaré a título personal en mi labor docente. En mi escuela hace mucho que no se vende comida de escaso valor nutricional, se dan pláticas de nutrición y yo misma trato el tema pidiendo y sugiriendo almuerzos para los peques. Pero la mayoría de los papás envían la comida industrializada, oh sí, eso incluye pastelillos, refrescos, pizzas congeladas, friturillas varias, tortas compradas afuera de la escuela que no son de calidad y sin olvidar la gran cantidad de salsa que acompaña dicha chatarra.
Yo entiendo que ahora las mamás laboran en sus trabajos jornadas completas, esos días en que mamá se quedaba en casa quedaron atrás, ya sea por vocación o por mera necesidad (¿quién no trabaja por necesidad?), los papás igual y no debieran deslindarse de esta responsabilidad compartida. Pero, bueno, los hijos ya están, y en la medida de la capacidad económica (y aquí usaré un lugar común, pero así es), siempre será mejor algo preparado en casa que la chatarra, sé que lo hacen por rapidez, de verdad lo comprendo, pero tal parece que las escuelas somos sólo una guardería, ese desgano y esa falta de ganas por hacerse cargo de sus vástagos no son gratuitas, hay un cansancio generalizado, vivir y laborar en esta mi adorada ciudad monstruo no es fácil y decir: "hay que echarle ganas" es tremendamente ingrato. Pero sí se puede poner un poquito de interés, ni hablar, las cosas son así y nuestros hijos son un tesoro, por lo menos el mío para mí sí. ¡Ah! y mi adorada sobrina hermosa, que es como si tuviera dos maravillosos hijos.
La mala nutrición no es sólo culpa de la escuela, es más, ni siquiera sólo de los padres, este modelo económico es de salarios aterradores porque nunca sabemos cómo vamos a acabar la quincena, porque ya no sabemos qué vamos a cortar de nuestros gastos, esa injusticia que padecemos, el desempleo, y otras tantas situaciones que vendrían al caso alimentan (vaya ironía) la desnutrición.
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