De todo

Hablar o escribir es comunicación y aunque pocos me lean, de catarsis me sirve.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Fobias


Las muñecas me daban miedo, algunas, no todas. Sin embargo, de noche debía guardarlas en el clóset, no soportaba ver ninguna de noche en mi cuarto... oscuro... me producía terror. No sé de dónde vienen mis fobias, por más que trato de hacer memoria... de recurrir a mis conocimientos... de psicoanalizarlas... ¡no le doy! No sé, y dejo correr mis fobias, las vivo, las enfrento, las sufro, las escondo, no sin antes sentir ese frío que corre por la piel, pero yo ya no huyo, nada más las evito, si es que puedo.
Recuerdo unas figuras de porcelana en especial, eran de mi abuela (mami pa´los cuates). Ese departamento en el centro de la ciudad era enorme, o por lo menos me lo parecía, a temprana edad todo nos queda grande. En la sala estaba el televisor, era un mueble con especieros bajos, y allí, siempre allí estaban esos chinitos terroríficos. Eran una pareja sentada en un sillón y me daban terror, yo hubiera querido haberlos desaparecido, pero nunca me atreví, no eran míos y quizá eso lo hubiese pasado por alto, pues un oopppss, se rompieron, bastaba, pero ni a tocarlos me atrevía, la fobia me paralizaba y pensaba que podrían desquitarse, esa manía mía por darle vida a lo inanimado era mi especialidad.
También recuerdo a "Damiana", una muñeca guardada en un clóset en una casa en Morelia, en casa de Malena, amiga de mi madre. Allí pasamos muchas temporadas, esa casa grande y vieja no me gustaba, pero no estaba yo para decidir dónde hospedarnos... y la habitación que nos asignaban guardaba esa muñeca... pero Javier, el hijo de la anfitriona se encargó de contarnos a mi hermano y a mí historias aterradoras, siempre el terror, de noche... y llegó el turno a Damiana, la muñeca que cobraba vida de noche, a quien debías hablarle bien bajo amenaza de ataque nocturno, a quien debías bañar y limpiar para que no se enojara ¡y encima dejarle entreabierta la puerta del armario! Porque no le gustaba estar completamente encerrada, debía verte, porque si no, tocaría y tocaría la puerta de madera hasta que algo horrible sucediera.
¿Otra fobia? Sí, hay más: las marionetas, aún hoy no puedo ver un espectáculo que las contenga, no lo soporto.
Los elevadores, lo he ido superando, pero no me gustan, prefiero usarlos si estoy acompañada.
Las fobias son un miedo irracional, porque ni las muñecas ni las marionetas me pueden hacer nada... pero ¡NOOOOOOOOO! No lo soporto.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Hoy


Hoy fue un buen día. Adoro mi trabajo, estoy cansadísima, pero satisfecha. Mis peques son adorables, tan cariñosos, tan divertidos, tan sinceros, tan llenos de energía que contagian.
No es fácil estar entre tanto niño, sobre todo por el nivel de ruido, pero ¡yo no podría dedicarme a otra cosa!

domingo, 19 de septiembre de 2010

¿Grito?


Yo no festejé, y tampoco me pareció bien empleado ese dinero que financió el espectáculo del bicentenario. Vi una parte por TV, porque no me quedó de otra, no estaba en mi casa.
No necesito desfiles para saber que soy mexicana, para conocer mi historia, porque sí la conozco y más allá que la meramente oficial, pese a que soy profesora y es lo que me toca, siempre voy más allá.
No necesito fuegos artificiales para poder hacer mi labor, la hago porque soy buena ciudadana, porque mi servicio llega a muchos hogares y porque tengo ética.
No necesito gritos, sombrerazos ni ver a los ricos desde el balcón de honor muy lejos del pueblo (que es quien sustenta esta nación) para saber que tengo obligaciones, responsabilidades y muchas cosas pendientes por hacer por mi país, en privado porque formo parte del gran engranaje que mueve este sistema.
No quiero festejar, no quisiera que se gastara presupuesto en ello, pero yo no lo decido, solamente la opción de no festejar, no así no, bajo las circunstancias actuales no. ¿Unión por un día? No me lo creo.
Sé completo mi himno nacional y cuando lo interpreta mi coro tengo la capacidad de emocionarme, de que se me erice la piel y no son necesarios esos gastos.
Enseño patriotismo, no patrioterismo, que es lo que se vivió el 15 en muchos mexicanos clasemedieros wannabe que no cambiarán su esencia en los días venideros.
Ver o no al ejército desfilando me es indiferente, esa no es su labor. Que cada quien haga lo que le corresponda y bien, eso sería una semilla que bien podría empezar a germinar en nuevas generaciones para hacer girar unos grados a este país por el camino del verdadero cambio mirando hacia todas direcciones y no sólo hacia unos cuantos.
Respeto a las personas, si festejaron o no, cada quién... respeto el derecho a opinar y tolero las diferencias siempre y cuando no entren en descalificativos o juicios personales porque son totalmente subjetivos. Sí, yo no festejé y me hubiera gustado que no se hiciera un "megapuente" de asueto, el país en el que vivo no está para despilfarros.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Bicentenario


Para la conmemoración, festejo o pachanga del aniversario por el bicentenario de la Independencia de México se echó la casa por la ventana, bueno, a nivel de esta economía, por supuesto.
La gente gritaba, tocaba sus trompetas, portaba en su ropa los colores de nuestra bandera, se emocionaban, saludaban y eran la mar de sonrisas. Eso se veía en los asistentes al zócalo capitalino. Todo era júbilo, pero, ¿sabrían la razón por la que estaban ahí? ¿Qué significado tiene dar el grito? ¿Sabrán la diferencia entre patriotismo y patrioterismo?
Había camaradería, nadie peleaba, todos ordenaditos y muy amistosos.
Eso quiere decir que después del ¡Viva México! y a partir de hoy día 16 todo cambiará en esta nación, a nivel pueblo, sin tocar a los altos funcionarios y anexas:
1.- Nadie tirará basura en la calle.
2.- Te darán el paso en las calles como peatón.
3.- Nadie se sentará, sin merecerlo, en los lugares asignados para personas con capacidades diferentes y para mujeres embarazadas.
4.- Las mujeres podremos usar minifaldas, escotes, pantalones entallados y ningún cabrón pensará que los estamos provocando o que somos prostitutas o unas libertinas. O se sentirá con derecho a decirnos un insulto asqueroso mal llamado piropo o que le estamos dando autorización para meternos mano.
5.- Ningún padre o madre de familia malratará a sus hijos porque no saben usar estrategias educativas.
6.- Todos los poseedores de mascotas recogerán los "regalitos" aportados por estos amiguitos en las vías públicas.
7.- Ningún vecino se apoderará de áreas comunes.
8.- Nadie te empujará en la calle, en el metro o en el metrobús porque lleva prisa.
9.- Todos los que vivimos en departamentos respetaremos a los demás, no se darán taconazos ni se arrastrarán muebles a deshoras, mucho menos se hará ruido molesto de fiesta.
10.- Nadie ocupará dos lugares de estacionamientos con su auto nomás por gandalla.
11.- Respetarán tu lugar asignado para estacionarte, nadie más lo hará porque no estás, nomás porque él llegó antes y ya te chingaste.
12.- La gente leerá, las revistas faranduleras quebrarán.
13.- Los automovilistas cederán el paso de uno a uno, serán cordiales y dejarán de dar claxonazos sacando a flote toda su ira, frustración y enojo.
14.- Los microbuseros aprenderán a manejar y sabrán con certeza que lo que llevan a bordo no son bultos, son personas y esperarán pacientemente a que aborden y bajen los pasajeros. Controlarán el sonido de su estéreo porque ya saben que no es fiesta antrera personal y no harán paradas a donde se les pegue la gana.
15.- Los vecinos mugrosos comprenderán que con su mugre molestan y también limpiarán las áreas comunes y nunca más las volverán a ensuciar.
16.- Se respetarán las filas e cines, teatros, supermercados, tortillerías, oficinas administrativas, hospitales y en cada lugar que se requiera esperar turno.
17.- La gente dialogará, ya no te gritarán sandeces, soeces y descalificativos.
18.- La gente que atiende al público en oficinas lo hará sin mascar chicle como vaca.
19.- Los taxistas no se sentirán corredores profesionales de fórmula 1, ni galanes de cine ni los más ligadores de la ciudad. También comprenderán que no a todos nos interesa la política ni su opinión al respecto. Entenderán que nos son los encargados de obras ni que sus ideas son las más brillantes ni las más originales.
20.- Seremos puntuales para todo.
21.- Cumpliremos nuestras promesas.
Y eso, entre todo lo que un buen patriota hará a partir de esta fecha, si es que la cruda de lo vivido ayer se lo permite y no empieza de nuevo a padecer ese alzheimer que parece irse de lado por unas cuantas horas mientras están los festejos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Una parodia

Navegando por youtube me encontré este video divertidísimo, es una parodia buenísima acerca de la familia, las vírgenes, etc.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Mi perrito cumplió ya un año



Qué lindo, se ha convertido en un perrazo fuerte y hermoso. Es tranquilo y no ha despertado ningún instinto asesino, ja ja ja ja, bueno, según el veterinario de cabecera (que es el padre de mi vástago) es un buenazo (el perrito, ja ja ja ja)porque ha vivido rodeado de amor. Tiene disciplina, eso sí, porque es obediente, limpio, cariñoso y sabe su lugar en la familia, es un perro orgulloso de serlo y hemos logrado equilibrarlo a base de esfuerzo, paciencia, disciplina, cariño y mucha constancia; eso además de alimentarlo de la manera más óptima. Hace mucho ejercicio, juega y es muy sociable, le encanta estar rodeado de niños, muchos peques vecinos lo conocen y juegan con él sin ningún temor.
Adoro a este perrito.

Qué quiero. Parte 2


Mi buena amiga Iza me preguntó acerca de lo que pudiera hacerme reconsiderar para tener una pareja. Sí, la entrada anterior sólo fueron peticiones.
Sin embargo, lo que más me late es el tener mi espacio. Disfrutarlo a él y disfrutar a mis amigas, a mi hijo, a mi familia, que pueda sentirme dueña de mi tiempo, de mi espacio, que él sólo venga a compartir lo que ya soy, lo que tengo, no necesito que me completen.
Quiero esa confianza que la seguridad de la madurez da. Que si estoy con alguien es porque quiero, e igualmente el susodicho sepa que tendrá mi confianza, y si le da atracción por alguien más pero quiere seguir conmigo, entonces que se suelte, que tenga su aventura con cuidado, que se proteja y que no me lo cuente y ya. Esa situación de la posesión hace ya tiempo que la dejé atrás. No soy dueña de nadie ni propiedad de nadie.
Estoy dispuesta a ser flexible, a conceder y a tolerar. Pero no tengo nadita de ganas de vivir con otra persona en situación de pareja.
Libertad es lo que quiero. Y me parece que no es mucho pedir.
¿Apuesto? ¿Guapo? Es intrascendente, pero eso sí, que sea más alto que yo, creo que me trauma que sea más bajito que yo. Tampoco soy muy alta, mido 1.65 m así que no es mucho, bueno, si uso tacones... pues hagan cuentas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Memorias de mis putas tristes


Gabriel García Márquez. Es un libro delicioso. El título es atractivo y conforme avanzas en la narración vas conociendo el por qué. Es juguetón, lúdico, pues. Es nostálgico, amoroso, romántico, actual. Gozoso, me gustó mucho. Y se lee de volada, es corto.

Mi vida con mi viuda


De José Agustín, cómo me gusta su forma de escribir, de narrar.
Este libro es divertido, ameno, te atrapa y quieres saber qué sigue en la trama. ¿Y si hubiera alguien parecidísimo a ti en el momento y tiempo exactos? Así como para cambiar papeles en el preciso momento que le ves fallecer, y te das por muerto y empiezas a ver tu propia vida desde otra perspectiva... Está muy bueno.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Mi éxito


Mi trabajo no es sencillo, mucho menos simple y está desvalorizado socialmente. Sí, la educación pública no tiene la mejor reputación. Yo siempre me he negado a laborar para el sector privado, aunque lo tuve que hacer hace tiempo por unos 3 años.
Me gusta más la escuela pública porque es el medio social en el cual me desenvuelvo, porque tengo otro tipo de prestaciones y, hasta el momento, es un trabajo seguro, por lo menos si se tiene una plaza propia.
Los niños son adorables, a mí me gustan mucho, me llenan de ternura, de cariño, son nobles y quieren de verdad, de forma transparente. Para mí dar clases es gozoso, me canso, pero tengo la fortuna de disfrutarlo porque no me equivoqué de carrera. Llegar a mi escuela es llegar a mi segunda casa, mi salón es ese refugio donde puedo aplicar actividades, puedo jugar, cantar, bailar, contar cuentos y divertirme.
A veces el ruido es ensordecedor, pero es ruido lleno de energía positiva, de buena vibra; sobre todo en el comedor (porque laboro en una escuela de tiempo completo). Paso más tiempo con mis peques que sus propios padres, por lo menos durante el tiempo que dura el ciclo escolar.
Atender a niños no es nada fácil, implica un reto nervioso y una práctica de paciencia total. Eso si es que gustas de los niños, porque si no, me imagino que puede resultar una pesadilla.
Ser docente de educación primaria es lo mejor a lo que me puedo dedicar, no me imagino haciendo algo distinto, por eso tomo cursos, me actualizo, propongo, es "diciendo y haciendo". Tengo mis detractores (colegas) porque se comenta que me creo mucho, nop, no me creo, soy, ja ja ja ja ja. No soy soberbia, sólo tengo una absoluta disposición para mi labor y me "pongo la camiseta". Cumplo en tiempo y en forma porque hasta lo administrativo (que tanto detesto) forma parte de mi empleo.
¿Eso es el éxito? Para mí sí, porque soy feliz haciendo lo que me gusta, me llena y así también he podido dedicarle tiempo a mi hijo y hasta a mis sobrinas.
El salario no es el que me gustaría, y hasta me atrevería a decir que no es el que merezco; pero ¿exitosa? En mi medida sí.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Qué quiero


Sí, ¿qué quiero? En cuanto a relación pareja. He pensado en ello. Llevo varios años agustísimo conmigo misma.
Primero que nada, ¿para qué quiero un pareja? No lo sé, por el momento no sé; por compañía no, no me siento sola, gozo estar sola. Y que si aparece alguien por mi camino tengo peticiones:
1.- Que no me absorba. Me gusta mi espacio y mi tiempo conmigo y con mi familia.
2.- Que no me arrastre cada fin de semana a ver a su mamá o familia. Él puede ir a solas a hacerlo.
3.- Que no me hable de su ex ni me pregunte a mí de mi ex.
4.- Que le guste el cine.
5.- Que no haga un dramón si cancelo alguna cita previa explicación.
6.- Si tiene hijos que los visite él solo, sus hijos merecen compañía de su padre a solas.
7.- Que sea la mayor parte del tiempo puntual.
8.- Que no guste de ir a bares ruidosos.
9.- Que le gusten los conciertos, pero no de banda ni rancheros.
10.- Si le gusta el futbol o no me es indistinto, pero que no me arrastre a un estadio a un partido.
11.- Podemos compartir gastos, pero que no espere que yo sea quien aporte todo.
12.- No besuqueos en público, ya no estoy en edad de la calentura adolescente de donde caiga. Nada de fajes en el coche, mejor a un hotel.
De momento es en lo que he pensado. Y no es la ley del embudo, va parejo, de ida y vuelta.

domingo, 5 de septiembre de 2010

El infierno


Película de Luis Estrada. Clasificación C. Qué poca madre. Esta peli debió ponerse B-15, pero como es mexicana, se mancharon. Bastardos sin gloria de Tarantino tuvo dicha clasificación y vaya que contiene violencia explícita. Más miedo me dan los noticiarios.
Me gustó mucho. Es irreverente y contiene un humor ácido y negro que me encanta. Grandes actores complementan el filme.
Es actual y denuncia lo que ocurre en nuestro país: La lucha convertida ya en guerra por la situación del narco, sus affaires con los círculos del poder, las matanzas, la falta de empleo, el miedo, la drogadicción, el manejo de armas y su fácil adquisición, el dinero para las campañas políticas, el patrioterismo por los festejos, ¿no han ido al super? Está hasta el tope de alcohol pa´que amarren bien el festejo y griten a viva voz: ¡Viva México, cabrones!
Sí, cabrones, todos aquellos abusadores del poder que nos joden mientras ellos gozan y compran sus i phones, blackberries y comen del erario público, ¡ah! y pagan sus spots, of course. Porque esta ida al cine no fue la excepción, me chuté el de Fecal, mi querubín vástago huyó al baño, como bien deberíamos hacer y propone el buen George.
Estas tres últimas semanas he visto cine mexicano: Crónicas chilangas, El atentado y El infierno, bien, muy bien, no me he sentido defraudada. O sea que buen cine mexicano puede haber.
La sala se llenó a tope, buen augurio. Lástima de clasificación, méndigos clasificadores mochos hipócritas.