A veces quiero regresar, sí, hay ocasiones que sí. Pero sólo por el placer de sentir ciertos espacios y algún ambiente en particular; pero no para volver a empezar, eso no, porque tuve muchas cosas que superar y sería enfrentarme con todos mis errores, cara a cara ¡con lo difícil que me ha resultado perdonarme!
¿Dar todo? Sí, pero para quien lo valore. Porque la vida me ha enseñado que la cordialidad, la ayuda y la entrega debe ser sólo para quien me quiere y yo quiera. Ni siquiera en mi trabajo (que tanto me gusta) vale la pena... porque los privilegios no existen, sí ciertas preferencias, pero el precio no es tan accesible.
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