De todo
Hablar o escribir es comunicación y aunque pocos me lean, de catarsis me sirve.
jueves, 18 de febrero de 2010
Destellos
Sí, empiezo con un sí. De vez en cuando me acuerdo de ti, del ambiente que nos envolvía. Tengo por seguro, pero bien seguro que lo mejor es estar apartados.
Era insufrible no poder tener mi espacio (ni el suficiente valor para para exigirlo) y mi soledad, tener esa convivencia conmigo, porque si bien no estábamos esos 2440 minutos del día juntos, sí lo estábamos en el tiempo libre, mi tiempo (usualmente).
Eras tú, luego tú, nada más tú. Al principio era gozoso, con el tiempo se volvió engorroso. Porque te adoré pero acabé asfixiada. Viví momentos intensos y por eso: gracias.
Gracias porque:
- Aprendí a conocerme, a saber qué quiero y qué no quiero.
- Aprendí y me atrevo a decir no cuando no quiero.
- Qué puedo hacer y qué puedo evitar.
- Puedo estar sola y acompañada por mis pensamientos.
- Tengo más tiempo para mí y para mi gente más querida.
- Porque mi tiempo lo gasto como se me da la gana, al igual que mi dinero, nadie me pide cuentas económicas ¡de lo que es mío y me he ganado! Qué rico.
- Porque he avanzado, me han pasado cosas nuevas y he salido de mi zona de confort sin daño alguno.
- Porque me valoro, me perdono y pongo en la balanza todo, mis prioridades ya no están desordenadas.
A eso me ayudaste, qué bueno. Y sigo.
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