De todo

Hablar o escribir es comunicación y aunque pocos me lean, de catarsis me sirve.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Monstruos.


El trabajo del docente en la actualidad no es nada sencillo. Se han liberado los chavitos, bien por eso, sin embargo, muchas liberaciones van acompañadas de cero límites. No les están enseñando sus deberes, todo se lo toman a la ligera, y no siguen más que el ejemplo y las enseñanzas de sus padres. No debo generalizar, lo sé. Pero ahora escribiré de aquellos padres miedosos. Sí, los que tienen miedo de educar, de enseñar respeto con el ejemplo, de los que temen hablar con la verdad y enseñan hipocresía. Les da terror poner límites, ¿por qué? Más terror les va a dar después de que esos peques se conviertan en tremendos monstruos tiranos del hogar, dueños y amos de sus padres y de todo lo que les rodea, los enseñan que todo gira a su alrededor, que pueden comerse el mundo a mordidas. Tienen tanto a la mano... y a la vez no tienen nada. A muchos de ellos les es tan fácil obtener lo que quieren que no tienen tolerancia a la frustración y eso es una incongruencia ante la realidad que deberán enfrentar y es una educación falaz, por no decir inexistente.
Y están aquellos padres que tienen tanto miedo, tanto, que son unos represores totales que no le permiten nada a sus hijos, ni opinar, ni argumentar y les están enseñando agresión e intolerancia. Y qué decir de los golpes. Los golpes llegan cuando se acaban las estrategias, porque los padres están frustrados y enojados y la cólera es la primera emoción que reconocen y se creen dueños de las vidas de sus hijos. ¡Ah! pero cuidado que su maestra los reprenda, porque se la quieren devorar viva. Semejante incongruencia no pasa desapercibida para los niños, son niños, no tontos.
Y aquellos padres que temen tanto, que quieren a sus nenes en una burbuja, que no quieren que el aire los despeine, que la maestra no se atreva a exigirle porque ¡oh! se traumará y la culpa la tendrá la escuela y quienes más se pueda.
No es fácil. No.
Y no soy una maestra tirana. No lo soy. Quizá por eso en mis grupos no hay bullyng. Pero tampoco soy permisiva. ¿Qué me ha funcionado? ¡EL EQUILIBRIO! No se negocia lo que no deba ser negociado. Sus trabajos y tareas deben entregarlas en tiempo y en forma. Deben mostrar respeto, cordialidad y aprender a dialogar. Sus actos tienen consecuencias. No castigo a nadie. No creo en los castigos, creo en la palabra y en la argumentación, en que los niños deben ser escuchados y que si cometieron un error sea aceptado y aprender de él. No me engancho con ninguno, puedo molestarme un momento, pero pasa y los sigo queriendo como siempre. Los convenzo lo más que puedo y hablo mucho con ellos. A veces 30 minutos de diálogo son más productivos que 2 horas de Matemáticas. Y es que un grupo solidario, aceptado por su maestra y querido es más productivo, mucho más que un grupo aterrado o aburrido.
PADRES: ¡SÍ SE PUEDE! Inténtenlo. Y dejen de fijarse en detalles nimios que quitan tiempo de valor. Dejen de acusarnos por tonterías. Fíjense objetivamente en los hechos y dialoguen con los profesores directamente, si no hay respuesta, existe un caminito a seguir. Pero no olviden la cortesía y amabilidad. Sigue siendo muy actual el que "se atrae más con miel que con hiel" y demuestren más educación.
A fin de cuentas, sus hijos dependen única y exclusivamente de ustedes y los resultados serán suyos, nada más, hasta los más halagadores serán suyos. ¡Pónganse las pilas!
Esto da para más, hay más vértices a analizar. Por el momento me centro en este y... seguiré reportando.

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