Qué película tan intensa. Retrata la vida de los bailarines dedicados al 100% en la danza, quizá buscando la perfección como Nina, quien es el personaje principal de la película y la nueva incorporación de la compañía de ballet que pondrá en escena El lago de los cisnes.
Esta película sin una actriz bien plantada en su papel, entregada y creíble hubieran hecho de esta película un bostezo contínuo.
Es una vorágine de emociones, una escalada hacia una cima climática poderosísima, un juego entre la dulzura y la pasión, lo dulce y lo ácido, lo suave y lo rudo, un viaje intenso en un camino que no sabemos dónde o cuándo va a terminar, pero que sospechamos no acabará en un tono rosa.
Es también la historia de una madre posesiva que proyecta en su hija la carrera que deseó tener al ser una bailarina ya retirada. ¿Es buena madre porque la protege hasta de sí misma en un sendero autodestructivo? ¿O es la causante de que Nina manifieste síntomas de una personalidad desarticulada y enferma?
¿Qué es verdad? ¿Qué es locura? ¿Hasta dónde se mide la normalidad y la cordura?
Realmente olvidé que la actriz era Natalie Portman, yo estaba viendo a Nina sufriendo, llorando, entrenando hasta desfallecer, enfrentándose a sus miedos y a su madre, despertando su sexualidad reprimida y salir a flote ese cisne negro que todos deseábamos ver.
Muy buena peli.
